MEXICO PARAMILITAR

Una serie de situaciones se enlazan para amenazar el futuro de México como un país libre.

Empezó cuando el desastroso gobierno de Vicente Fox se negó, por complicidad o negligencia, a detener la escalada violenta del narco. Así, varias ciudades del país se convirtieron en escenarios de ajustes de cuentas y asesinatos al por mayor.

Todo se complicó cuando en las elecciones presidenciales de 2006 se realizó lo que muchos consideraron un Golpe de Estado, para evitar que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia. De esta manera, un personaje gris como Felipe Calderón se hizo del poder y empezó con el pie izquierdo su administración.

Uno de sus primeros anuncios fue que incrementaría los sueldos de los integrantes del ejército en 45%, cuando el resto de los trabajadores del propio Estado, sólo reciben aumentos menores a la inflación, de 5% o menos. Fue famosa la fotografía donde FC aparece con un traje militar varias tallas mayor, respaldado por los militares . Se intentó así tratar de obtener la legitimación por parte de las fuerzas armadas. El secretario de la Defensa Nacional en varios discursos ha amenazado intervenir en la vida pública ante la ineficacia de las autoridades civiles.

Como un golpe mediático y efectista lanzó una campaña ineficiente para atacar el narcotráfico. Lo que varios analistas dicen es que estos operativos a tientas y locas, con poca inteligencia. solo introdujeron un nuevo factor de desestabilización en las guerras internas de los cárteles. Los asesinatos diarios de presuntos narcos (pero también periodistas, policías y funcionarios menores) alcanzó cifras récord.

El vaso se derramó con lo sucedido el 7 de mayo, en que el ejército voló (con granadas y metralla) una casa donde se ocultaban presuntos narcos en Michoacán. El día 8, para desviar la atención masiva de los medios, se liberó sospechosamente a Carlos Ahumada (famoso por episodios grabados de corrupción de políticos de izquierda).

El 9 de mayo el decreto con el cual el ejército crea una fuerza especial, paramilitar, con funciones policiacas, bajo las órdenes directas del presidente, representa la más seria amenaza contra el orden establecido y las leyes del Estado. Luz verde para que los militares, siguiendo su lógica de aniquilación de enemigos más que de preservación del orden público, se metan de lleno en este asunto.

Hay que recordar la pésima reputación que obtuvo el ejército por participar en las matanzas de estudiantes en 1968 y de activistas sociales en las décadas de los 70s y 80s con la guerra sucia. Recientemente se acusó a soldados de violar y matar a una anciana indígena en Veracruz (algo que todavía no se ha aclarado ni castigado a los presuntos responsables) y también de violar a varias jóvenes en Chihuahua.

El ejército en las calles ahora se expondrá directamente al poder inmensamente corruptor del narco y forzosamente se producirán la violación masiva de derechos humanos, muertes innecesarias y más desestabilización social. La decadencia de las instituciones es empujada desde el poder.

El pueblo de México saldrá perdiendo.